El mundo
de Havendossfatar está poblado por infinidad de razas y criaturas todas ellas llenas
de magia y misterios que las hacen extraordinariamente atractivas. Pero como en
todo sistema o mundo de rol, encontramos la presencia de los seres humanos (una
muestra obvia y clara de nuestra necesidad de protagonismo). En Aeria Gloris, los
humanos ni se autodenominan ni son reconocidos por la palabra humano, en Aeria
Gloris son llamados saia una palabra originaria de la lengua de los dioses
dragones que significa hermano del padre.
Como en
muchos otros sistemas los saia (o humanos) son posiblemente la raza más débil,
o eso puede parecer en un principio a todo aquel que los contemple de manera
superficial. Y la verdad es que entre todas las razas inteligentes de este
universo los saia son los únicos que no destacan en nada pero a su vez tampoco
parecen tener limitación para alcanzar los más altos objetivos o sueños.
La
historia de los saia se remonta unos diez mil años AD (antes de Dásmatar).
Aparecieron en Havendossfarat tras la era de la cicatrices. Cuando el mundo
agonizaba de dolor y horror por la brutal guerra desencadenada entre los dioses
dragón y que casi lleva a la absoluta destrucción del universo.
El Alma
(el dios creador del universo de Aeria Gloris) contempló con horror como los
hijos de Drago luchaban entre sí y en esta lucha sin sentido hubiesen erradicado
la creación de El Alma. Viendo las consecuencias del casi ilimitado poder de
los cuatro hijos de Drago y las terribles atrocidades que estos llegaron a
cometer en su guerra por el poder absoluto. Los castigó condenándolos a unas
prisiones de las cuales nunca podrían escapar, en ellas podrían hacer y
deshacer a su voluntad, pero sin la posibilidad de poder afectar de nuevo a la
realidad creada por El Alma. Por supuesto Drago, aceptó el destierro de sus
hijos, pero como buen padre pidió clemencia para todos ellos, pues amaba a sus
pequeños con casi igual devoción que amaba a su padre y creador El Alma.
El Alma
se conmovió por el amor que Drago sentía hacia sus hijos, y le permitió la
posibilidad de tener acceso a las prisiones de sus vástagos, aunque estos nunca
podrían volver a la realidad. Si estas prisiones lograron o no su objetivo es
otra historia de la que ya hablaremos más adelante, aunque cualquiera puede
presuponer que no lograron su objetivo total.
Con el
destierro de los dioses dragón, la realidad de nuevo quedó en equilibrio.
Aunque muchas de las criaturas creadas por los dioses dragón hubieran sido
incapaces de subsistir sin la esencia de su dios creador por lo que casi todas
las criaturas dependientes de flujo vital de los dioses dragón los siguieron
hasta el destierro quedando encerradas en la misma realidad que sus dioses.
Mientras
todo esto sucedía, El Alma decepcionada con su hijo Drago por los terribles
crímenes que sus pequeños habían realizado. Tuvo la intención de destruir la
creación y con ello erradicar las cicatrices que la guerra de los dioses dragón
habían dejado en la realidad. Pero en su infinita misericordia, El Alma sabía
que las criaturas inocentes que poblaban la realidad no eran culpables y que
mientras los cinco dioses dragóngobernaban la realidad todos aquellos que la
habitaban estaban obligados a cumplir los designios de sus creadores.
Es por
ello que El Alma deseo tener nuevos hijos, pero esta vez serían puros y no se
verían influenciados por nada ni nadie, tendrían el mismo don que Drago,
libre albedrío. Pero al contrario que el dios dragón padre, estas nuevas
creaciones carecerían de total poder para alterar la realidad o crear nada que
no fuese con sus propias manos. Y así nacieron los Saia, durante los mil años
posteriores a la era de las cicatrices los saias poco a poco fueron poblando la
faz de Havendossfarat.
Al
principio fueron criaturas lamentables y primitivas, pues carecían de
conocimiento y cultura. Con el paso de los siglos, se fueron reproduciendo y
extendiéndose por el mundo. Pero como Havendossfarat ya estaba habitado por
razas más inteligentes y poderosas, los saias pronto se convirtieron en
animales esclavizados. La mayoría de
estas civilizaciones no se plantearon sobre el origen de esta nueva raza, ya
que tras la guerra de los hermanos, el mundo aun estaba lleno de innumerables
aberraciones y monstruosidades que asolaban regiones. Por lo que a los saia
simplemente se los llegó a considerar una creación de alguna mente desquiciada
que los tenía como animales de trabajo y que posiblemente había abandonado la
realidad dejando tras de sí a sus ignorantes creaciones.
Por
supuesto no todas las civilizaciones trataron a los saias como meros animales.
Pero solo los inteligentes pucks comprendieron el potencial escondido en los
primitivos saias. La historia habla de que un extraordinario puck cuyo nombre
se ha perdido con el fluir del tiempo (la verdad es que se tiene clara
constancia de su nombre y de sus logros académicos la babel en la que nació,
trabajó y murió, pero nadie extraño a la babel tiene acceso a esta información),
cayó por accidente en un valle donde se refugiaba una manada de saias. Los
saias lo salvaron y lo cuidaron hasta que se reestableció de sus heridas, fue
entonces cuando empezó a pensar que esta especie de monos pelones podía ser más
inteligente de lo que parecía. Además como estuvo en su primitivo entorno de
vida, empezó a ver que esos animales eran capaces de hacer uso de burdas
herramientas, e incluso parecían que se comunicaban por la voz.
Cuando
el puck logró regresar a su babel, comunicó sus descubrimientos las academias y
solicitó un permiso para volver y poder estudiar las extrañas características
de los monos pelones. Por supuesto, un descubrimiento tan insólito obtuvo
permiso para llevar a cabo las investigaciones oportunas y de este modo ampliar
el saber de la babel. Así que esta vez volvió al valle, aunque ahora
perfectamente pertrechado y con un grupo de aprendices que le ayudarían en la
extraordinaria labor de estudio.
Durante
los siguientes cincuenta años, los pucks empezaron a tener relación con esta
manada de saias. Y lo que en un principio simplemente era una labor de estudio
fue volviéndose poco a poco en una relación de enseñanza. Los pucks
descubrieron que los mono pelones tenían una abrumadora capacidad de
aprendizaje, y en poco tiempo lograron que aprendiesen a comunicarse por medio
de un idioma sencillo. Después les empezaron a enseñar conocimientos básicos de
agricultura, ganadería, pesca. Con ello, esta manada pronto dejó de ser
primitiva para comenzar a crear un sociedad de seres inteligentes. Los pucks
comprendieron que no se trataba de animales muy inteligentes, sino de seres
inteligentes y racionales en un estado primitivo.
Siguiendo
los preceptos de que el conocimiento y la inteligencia es el mayor tesoro que
existe, estos puck fueron enseñando a los saias todo lo que les permitiese
vivir de manera digna y autosuficiente, aunque siempre de manera lenta y
evitando que pudiesen hacer mal uso de los conocimientos otorgados.
Por
desgracia, tras un siglo de enseñanzas y estudio, a estas alturas ya por ambas
partes, los puck llegaron al plazo máximo de tiempo que tenían otorgado para
este proyecto y regresaron a su babel, no sin antes ofrecer la posibilidad a
los cinco hombres y cinco mujeres más inteligentes del poblado que les
acompañasen hasta la babel para que continuasen sus estudios y además enseñasen
a la sociedad de los puck la existencia de una nueva raza inteligente.
Así los
diez elegidos viajaron a los cielos y fueron educados en las grandes
universidades puck. Pero como todo ser racional e inteligente, se sentían fuera
de su lugar, especialmente porque no lograban ser aceptados como iguales, y
eran más considerados como sujetos de examen que como seres racionales.
La babel
que descubrió que los saias era una raza inteligente creo un proyecto de
educación para el primer poblado saia descubierto. Así que cada veinte años,
cuando la babel se situaba sobre el poblado saia, veinte saias escogidos por su
inteligencia podían pasar diez años en la babel adquiriendo conocimientos para
mejorar la vida de su poblado. Así poco a poco empezó a florecer la primera
sociedad saia tutelada por los sabios pucks.
Pero el
conocimiento trajo que estos saias descubriesen que existían más congéneres
suyos que vivían como animales, esclavizados, maltratados y sometidos por la mayoría
de las sociedades, reinos e imperios que dominaban Havendossfarat. Por lo que
se crearon grupos de rescate para tratar de liberar y recoger a todos los saias
que se pudiese. Esta altruista idea, en un principio pareció funcionar mientras
se rescataba a saias de reinos menores o simplemente se recogia a saias
salvajes. Pero cuando se empezó a liberar saias esclavos de poderosos reinos
shirl o angrock conllevó la inevitable guerra.
Los
saias, gracias a los avanzadísimos conocimientos que los pucks les habían facilitado
fueron capaces de hacer frente a los enemigos, pero no imaginaron que sus
maestros al contemplar el atroz uso que daban a sus enseñanzas, se alzaron en
cólera contra sus protegidos y ellos mismos destruyeron todo el valle de los
saia como represalia por el inadecuado uso de sus conocimientos. Además se
condenó a los veinte estudiantes de aquella época a la pena máxima, morir al
ser arrojados al vacío desde la babel.
Por
suerte, no todos los pucks estaban de acuerdo con tan castigo, tanto el
impartido a la ciudad de los saia como a los veinte estudiantes. Y estos fueron
llevados a tierra la noche antes de la ejecución, y dejados en libertad.
A pesar
de la destrucción total de la primera y más floreciente ciudad saia, muchos
saias lograron escapar a este aciago destino, y vagabundearon por el mundo.
Algunos simplemente se limitaron a sobrevivir y tratar de no llamar la
atención. Pero otros, deseaban liberar a sus hermanos y darles el regalo de la
sabiduría, y como la semilla que los pucks plantaron ya había germinado, pronto
los saias comenzaron a tener conciencia de su existencia y dejar atrás su
pasado como animales.
La
historia de los saias es larga y llena de grandes logros, grandes desastres e
infinidad de atrocidades y guerras. Lo cierto es que tras diez mil años de
historia, los saia son la raza más poderosa de todo Havendossfarat, dominan
completamente el continente de Dossfarat, bajo el poder del imperio Dasmatiano.
Armagaladanan está poblado por cientos de reinos saias y el tercer continente;
Mardkinaz. Solo la población saia es capaz de resistir con éxito la corrupción
de la oscuridad que impregna las almas de todas las razas del continente de Las
Lágrimas de la Oscuridad.
Ya que a
fin de cuentas demostrando que los hermanos de Drago son criaturas
extraordinarias.
Como en
la realidad, los saias tienen diferentes variedades raciales, que realmente
solo las diferencian entre sí, por el color de la piel, de los cabello, de los
ojos y poco más. Biológicamente hablando las cinco variedades raciales son
exactamente iguales y por ello totalmente compatibles para procrear entre
ellas. Al contrario que en la mayoría de
mundos de fantasía, las razas de Aeria Gloris son incompatibles biológicamente,
es decir, ningun saia puede procrear con otra raza, ni viceversa. Existen los
mestizos pero la razón de su existencia es mágica y hablaremos detalladamente
de ellos en otro momento, baste decir que se los conoce como esaias y solo se
dan entre los saia, ninguna otra raza de Aeria Gloris tiene mestizos.
Siguiendo
con las variantes raciales saia, existen cinco ramas principales y multitud de
ramas mestizas dadas de la unión entre congéneres pertenecientes a las cinco
ramas principales.
Vamos a
hablar sobre ellas siguiendo un orden alfabético, por lo que empezaremos por
los Aeianos.
Los Aeianos
Como
todos los saias tienen los mismos potenciales físicos y mentales (sus límites
solo están influenciados por la cultura de la sociedad en la que nacen) es por
ello que solo hablaremos de las diferencias de piel, en el caso de los aeianos
se trata de saias de piel blanca lechosa. Suelen vivir en regiones donde la
ganadería y la caza predominan por encima de las agricultura, con lo que el
elevado consumo de proteínas les hace ser bastante altos Por lo que la altura
media de un aeiano ronda entre el 1,70 al 1,90 metros de altura, aunque no es
de extrañar que en algunos casos lleguen a los 2 metros. Son de complexión robusta
y bastante musculosos con lo que no es de extrañar que un Aeiano bien
desarrollado llegue a pesar los 100 kilogramos. Mientras que las mujeres son
algo más bajas entre 1, 60 y el 1,70 de altura, nunca superando 70 kg. Y al
igual que los hombres, también demuestran tener una complexión más grande aunque
mucho más estilizada que la de los varones y su piel también tiende a ser más
clara. El pelo de los aeianos suele comprender entre rubios plateados (casi
blancos en algunos casos), rubios dorados o cobrizos y en muy contadas
ocasiones tonos oscuros (en estos casos, debido principalmente a la presencia
de genes de las otras etnias saia en el individuo aeiano). Lo mismo sucede con
el color de los ojos de los aeianos, suele cubrir todo el espectro de
tonalidades claras, desde azules hasta verdes o grises y al igual que con el
pelo se encuentran algunas excepciones de tonos oscuros.
Los Ceforianos
La piel
de los ceforianos es oscura, desde tonos marrones claro hasta llegar a
tonalidades tan oscuras que casi son tan negras como la noche. Otro de los
rasgos de esta variante racial es su elevada estatura, pues entre ellos se encuentran
los saias más altos. Los ceforianos tienen un amplio margen de estaturas,
aunque la media suele abarcar desde el 1,75 a 2 metros. Aunque no es extraño
encontrar entre ellos alguno que llegue con soltura a 2,10 metros de altura.
Las mujeres al igual que los varones también son sorprendentemente altas,
teniendo una media de 1,70 a 1,80. Y en algunos casos aislados se han
encontrado mujeres ceforianas que superaban el 1,90 m de altura. La complexión
de los varones ceforianos es igual o más musculosa que los aeianos, aunque a
medida que ganan altura se vuelven más estilizados. Las féminas, son mucho más
ligeras y de complexión más delicada. Aunque tanto hombres como mujeres tienden
a engordar con facilidad y la obesidad es patente en la madurez y vejez de
aquellos que llevan una vida confortable y disoluta. Aunque un ceforiano
saludable suele pesar los 100 kg. sin problemas y sin importar su estatura, las
mujeres nunca superan 60 kg. Aunque como en la madurez tienden a engordar
tampoco es de extrañar que superen en 20 o 30 kilos su peso ideal.
El pelo
de los ceforianos suele ir desde castaños a negro azabache, tanto en la etnia
principal como en los mestizos siempre predomina el pelo oscuro a pesar de que
uno de los progenitores sea de una variante racial con tonos claros. Los ojos
también suele ir del marrón al negro y también predominan sobre genes de otras
variantes con tonos claros.
Los Dorianos
La etnia
doriana comprende a saias algo más bajos que los aeianos y ceforianos. La
estatura media ronda entre el 1,50 y el 1,75, aunque la presencia de genes de
otras variantes raciales ha dado como resultado la presencia de dorianos que
llegan a medir el 1,80 o 1,90 metros, pero solo en contadas ocasiones y
normalmente es un rasgo común en toda la familia del doriano en cuestión. Como
en todas las variantes raciales saia, la mujer doriana es más baja y ligera que
su compañero. Ellas suelen medir entre 1,50 y el 1,60. Sin embargo, los dorianos son una variante
racial bastante fuerte y musculosa, aunque como no son muy altos, no suelen
superar los 90 kg en los varones y los 60 kg en las mujeres.
El color
de la piel de los doianos va desde los tonos claros parecidos a los aeianos
hasta tonos dorados y oliváceos según la exposición que tengan a la luz del
leviatan (el sol de Havendossfartat). Ellas suelen compartir tono de piel
aunque ligeramente más claros. Con respecto al color del pelo, los dorianos
abarcan todo el espectro de color que puede encontrarse en los saia. Desde
tonos rubios plateados, pasando por dorados y cobrizos, castaños y negros. Y el
color de sus ojos tampoco está limitado, azules, verdes, marrones, negros,
dorados y grises son completamente comunes entre los saias pertenecientes a
esta etnia.
Los Sherianos
Esta
étnia racial tiene un rasgo que los diferencia de las restantes etnias, sus
ojos extremadamente rasgados. Por norma general los sherianos son de complexíon
bastante delgada y posiblemente predominen los individuos de más baja estatura
entre todas las variantes saia. Por norma general los varones suelen medir
entre el 1,50 y el 1,60 de altura y ellas entre 1, 45 y el 1,60. Pero también es cierto que en esta etnia se
pueden encontrar las excepciones más sobresalientes y donde se han visto saias
de mayor altura, alguno han llegado a superar 2,20 metros de altura, aunque son
casos muy aislados.
El color
de la piel de los sherianos va desde tonos dorados a oliváceos, en la mujeres
se aprecia tonalidades ligeramente más claras. El color de los ojos y pelo,
sucede lo mismo que con los aeianos, abarcan tonalidades de marrones y negros,
aunque en el caso de los sherianos no es raro encontrar castaños claros y en
algunos descendientes de mestizos pueden hacer gala de ojos claros o pelo rubio
o cobrizo, aunque de nuevo son casos aislados y poco comunes.
Los Silianos
La
última de las etnias principales de los saia. Comparten muchos de los rasgos de
los dorianos, tanto en altura como en complexión física. Ellos suelen medir
entre 1,50 a 1,75 metros de altura y ellas 1,50 y 1,60. De pesos semejantes a
los dorianos, lo único que los diferencia es que su piel puede tener
tonalidades más oscuras, marrones oscuros en casos muy contados, aunque el
marrón claro es algo más común. El pelo,
suele ser también con tonos castaños y negro. Al igual que sucede con los ojos
que van de marrón a negro. Pero en esta variante racial no es extraño encontrar
individuos con ojos de tonos claros, ya que abundan los que tienen ojos grises,
verdes o azules. Pero si resulta más extraño encontrar miembros con el pelo claro,
esos casos si son contados.
Estas
son las cinco ramas raciales principales de la raza de los saia (humanos en
Aeria Gloris). Como ya he dicho, no existe diferencias biológicas entre ellos y
la única razón para el racismo o la xenofobia es meramente social y cultural.
La demostración que todos pertenecen a la misma raza es que pueden procrear
entre ellos sin incompatibilidad ninguna, lo cual demuestra que todos son saias
y hermanos de raza.
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